Cuidado ¡Pinta! o (De)construcciones pictóricas

Curaduría: Ernesto Calvo
Del 11 de marzo al 22 de mayo del 2004.
Salas 1, 2 y 3
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

Pintura + grabado, grafitti, video, objeto intervenido, dibujo, fotografía, instalación, collage, escultura.

Artistas: Otto Apuy (Costa Rica), José Alberto Arce (Costa Rica), Adrián Arguedas (Costa Rica), Pedro Arrieta (Costa Rica), Ricardo Avila (Costa Rica), Luis Barba (España), Moisés Barrios (Guatemala), Carlos Capelán (Uruguay), Andrés Carranza (Costa Rica), Adriana Castro (Costa Rica), Arturo Duclos (Argentina), Darío Escobar (Guatemala), Claudio Fantini (Argentina), Flavio Garciandia (Cuba), Nicolás Guagnini (Argentina), Habacuc (Costa Rica), Fabio Herrera (Costa Rica), Federico Herrero (Costa Rica), Lucía Madriz (Costa Rica), Fabián Marcaccio (Argentina), Mario Maffioli (Costa Rica), Jorge Luis Marrero (Cuba), Nadia Mendoza (Costa Rica), Priscilla Monge (Costa Rica), Victoria Montero (Costa Rica), Udo Noger (Alemania), Esteban Piedra (Costa Rica), Daniel Scheimberg (Argentina), Alejandro Ramírez (Costa Rica), Omar Rivillas (Colombia), René Francisco Rodríguez (Cuba), Víctor Rodríguez (México), Joaquín Rodríguez del Paso (Costa Rica), Bernardí Roig (España), Adolfo Siliézar (Costa Rica), Karla Solano (Costa Rica), José Pablo Solís (Costa Rica), Guillermo Tovar (Costa Rica), Emilia Villegas (Costa Rica).

Curaduría: Ernesto Calvo.

En un escrito a propósito del pintor mexicano Yishai Jusidman, la ensayista e historiadora del arte María Lluisa Borrás, afirma que en un año tan lejano como 1839 ya se hablaba de “la muerte de la pintura”, a propósito de una muestra de daguerrotipos fotográficos en la Academia de Ciencias y Artes de París. De este modo, desde esa remota fecha (quizás existan otras más lejanas aún) la impronta de lo tecnológico, el dilema en torno a la representación -entre otras razones- ponían en jaque, en entredicho, la posible existencia o incluso sobrevivencia de la “pintura” en el panorama del arte occidental.

Desde esa fecha y hasta hoy, múltiples, variadas y bastante escandalosas han sido las “muertes” y posteriores “resurrecciones” que se le han atribuido a lo pictórico dentro del quebradizo y complejo panorama de los movimientos, tendencias, manifiestos o eventuales ocurrencias que la modernidad ha visto pasar por su ya saturada historia de nacimientos y/o fenecimientos estéticos e ideológicos.

Por eso, la pintura como técnica o lenguaje, legitimador y dominante, desde el siglo XV y hasta el XX (incluyendo la actualidad) ha debido enfrentarse a los más disímiles avatares, que la han convertido en una de las más socorridas y elogiadas, pero a la vez polémicas y vilipendiadas expresiones del arte en Occidente.

En ese sentido, con la muestra Cuidado ¡Pinta! o (De) construcciones pictóricas (asumida desde el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo) no pretendemos incursionar en el bizantino y por lo tanto inútil campo de las expectativas acerca de la muerte, la sobrevida o la buena salud de la pintura. Así, al ignorar tan radical aunque simplista disyuntiva, optamos por trascender su inconsistencia y vacuidad.

Quizás por ello, con esta exposición sobre “pintura”, más bien nos hemos propuesto explorar los muy diversos ámbitos -estéticos o extra-artísticos- desde dónde se puede asediar a la pintura, intentando ir más allá de ella, aunque partiendo (o llegando) siempre a ella misma: o sea, comprendiéndola en tanto eje articulador.

Así, al apropiarnos como título de una popular frase cotidiana de alerta, ¡Cuidado Pinta!, apostamos por una desacralización de lo pictórico en tanto técnica o expresión sublimada de un oficio, de un formato, de objet(iv)os y funciones incontaminadas, autosuficientes, específicas, puras...

Por otro lado, al optar por un subtítulo más teórico, especializado y codificado como (De) construcciones pictóricas, aludimos a la posibilidad –y a la necesidad- de asumir esos mismos ejercicios en torno a la pintura desde una perspectiva investigativa, experimental, complejizada y (auto)consciente.

Tales posibilidades se expresan en el término mismo deconstrucción, tal y como lo expuso el filósofo francés Jacques Derrida, quien expresa que lo “deconstructivo” intenta trascender las clásicas oposiciones binarias modernas, dentro de las cuales la estéril dicotomía acerca de la “vida” o la “muerte” de la pintura perderían sentido y valor.

En ese sentido, quizás por ello la muestra va más de la pintura-pintura (aún comprendiéndola), pero metamorfoseándose, hibridándose, estableciendo continuamente lazos de intercambio, de contacto, a nivel expresivo y formal, con otras técnicas más “tradicionales” como el dibujo, la escultura, la gráfica; o de lenguajes más “contemporáneos” como el video, la fotografía, el graffiti, la performance, las intervenciones, la instalación, el objeto intervenido, el ensamblaje, el collage, el diseño o lo digital, entre otras.

Igualmente, la hibridación, el diálogo y la convivencia entre otros lenguajes y la pintura, se expande hacia intenciones similares en lo temático y discursivo, pues en la muestra es posible reconocer diversas reflexiones en torno al ejercicio pictórico mismo, desde lo histórico y/o institucional. A todo ello habría que añadir dilemas donde lo pictórico se expande y per-vierte con otros ámbitos sociológicos, antropológicos, políticos, culturales; inquietudes que se hallan en casi todos los artistas presentes en la exposición.

Finalmente, otra intención de la muestra, fue hacer que confluyeran importantes y reconocidos artistas nacionales e internacionales, con jóvenes valores que utilizan eventual o permanentemente la pintura como medio expresivo, más que como en fin técnico. Por otra parte, museográficamente se intentó crear conjuntos de obras que también dialogaran tanto a nivel formal como discursivo.

Entonces, las obsesivas interrogaciones acerca de la supuesta “defunción” o “supervivencia” de la pintura, tal vez podrían contestarse justamente desde la disolución de la pregunta y la dicotomía mismas; deshaciendo la posibilidad de emitir una respuesta afirmativa o negativa, definitiva y simplificada, y más bien apostando por una permanente investigación acerca de las infinitas posibilidades de interacción de la pintura con su propia historia y con su contemporaneidad, tanto la referida a sí misma como a la de sus imprescindibles vínculos con otros lenguajes o dilemas artísticos, estéticos, socio-políticos, culturales, etc.

En ese sentido, pienso que vale la pena citar una breve aunque incisiva y precisa reflexión del investigador Yves Alain Bois, cuando en un sugerente texto afirma: La pintura no está muerta. Su vitalidad sólo podrá ser examinada cuando nos hayamos curado de nuestra manía y melancolía, y creamos nuevamente en nuestra habilidad de actuar en la historia: (…): la difícil tarea del duelo del mañana.

Ernesto Calvo. Curador de la muestra

Referencias en otros medios.

“La ironía, la irreverencia y la transgresión son los protagonistas innegables de este montaje. ¿Será que la pintura pierde o gana ‘clase’ cuando se mezcla con otras técnicas? (…) ¿Son la fotografía, el grabado, la escultura , las instalaciones y el video amigos o enemigos de la pintura. Las dudas sobran en las salas del MADC, en donde la mezcla de diferentes manifestaciones artísticas ponen el dedo en la yaga…” Yasmín Montoya. Transgresores del Pincel. La Nación. Tiempo Libre, 1 de marzo de 2004

“Este trasiego de técnicas, prácticas artísticas y experimentación, concilian un sin número de negaciones del arte contemporáneo de hoy (…) La complicidad de la recepción no está en lo atrayente de lo visual, sino en la naturalidad de sus elucubraciones (…) Si la pintura se siente libre de utilizar cualquier recurso (collage, fotografía, objetos, grafitti, etc) es por su notoria convicción de no creer en el parco lenguaje individual, y porque su contenido apunta algo más que a la fetichización y fascinación de la obra…” Aurelio Horta. Pintar es la cuestión…La Nación. Viva, 24 de marzo de 2004.

“No estaba muerta ni estaba de parranda. La pintura como lenguaje artístico experimenta una transformación permanente sustentada en su convivencia recíproca con otras técnicas. La exposición colectiva ¡Cuidado Pinta ! (…) plantea una visión abierta y analítica para acercarse a la pintura desde enfoques variados. Es así como 39 artistas de 10 países exploran las posibilidades del ejercicio pictórico desde una óptica integradora en que la pintura coexiste e interactúa con otras manifestaciones artísticas como el dibujo, la escultura, el ensamblaje, la instalación, el performance, el audiovisual y el objeto-arte”. Andrea Solano. Con buena pinta. Tiempos del mundo. Suplemento Cultural. 1 de abril de 2004