Testigos Estatigráficos

Héctor Burke
Curaduría: María José Monge
Inauguración: Viernes 5 de octubre, 2007
Del 5 de octubre al 17 de noviembre del 2007.
Sala 2
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

Burke por estratos

Primer estrato: la clave

El título de una muestra es siempre una coordenada de aproximación. Con “Testigos estratigráficos”, Burke sugiere como marco orientador, la premisa misma de su trabajo, es decir: exploración, investigación y hallazgo.

La clave está en el símil posible de hallar entre la estratigrafía y el trabajo de Burke. Pues si la primera es una herramienta que posibilita el hallazgo de vestigios de la historia natural y cultural en las diferentes capas del subsuelo, el trabajo de Burke, encuentra su razón de ser en una incisiva inquietud reflexiva sobre las diversas dimensiones de lo que acontece.

Burke devela su posicionamiento en el mundo: el arte y la vida se diluyen en una práctica de indagación y resolución permanente, que permite entender la totalidad de su trabajo como medio y fin de una exploración que ha denominado “azar subconsciente”.

Segundo estrato: en palabras de Burke

Y es que las palabras de Burke -al igual que sus imágenes- pueden parecer crípticas sin permitirse serlo. Juegan, se autoexploran, sugieren, pero jamás ocultan o mienten. De ahí la importancia de reparar en la noción del “azar subconsciente”.

A este respecto, Burke es preciso: “El Azar ha aunado sólo el fragmento de un proceso cuya duración espacio-temporal es inversamente proporcional al proceso afectivo-intelectivo”.

La noción sintetiza su manera de asimilar lo que acontece, mediante un trabajo de investigación y hallazgo que se lleva a cabo y se actualiza permanentemente, mediante resoluciones parciales, jamás definitivas, jamás accidentales, pero siempre inequívocas.

Tercer estrato: la fórmula

(azar) Aunque el azar ha sido objeto de toda suerte de argumentaciones religiosas, filosóficas o científicas, creo que la manera más simple de abordarlo es a través de la instancia con la que cobra vigencia cotidianamente. Me refiero al juego, mecanismo de exploración y resolución primigenia, que suscita una experiencia de aprendizaje elemental, pero simultáneamente omniabarcadora y omnipresente.

(subconsciente) La psicología actual no utiliza este término, lo ha asimilado al del inconsciente o preconsciente. Sin embargo, Burke lo defiende. Le parece que los prefijos “in” y “pre” instituyen una distancia con la consciencia, que en su caso no aplica. Subconsciente funciona bien para él, refiere a una instancia a la que la consciencia no tiene acceso, pero que se encuentra activa en estado latente, y que se revela en todo momento, principalmente, cuando de resoluciones se trata.

(azar+subconsciente) = fórmula tautológica (tan aleatorio es el comportamiento del subconsciente como el de azar, tan sorpresivamente se activan en el juego, tan intrincadamente participan de nuestros procesos de aprehensión) Definitivamente Burke le guiña un ojo al absurdo cuando articula estos dos términos, y entiéndase absurdo, como aquél “razonamiento que consiste en negar una proposición al probar que se sigue una contradicción”.

Síntesis: azar+subconsciente = fórmula que da cuenta de la operación de escrutinio a la que Burke ha sometido su propio proceso creativo, el cuál, de la misma forma que el juego, se desarrolla como experiencia de aprendizaje totalizadora.

Cuarto estrato: traducción

Y esto significa que en el caso de Burke, la noticia publicada en un periódico, un acontecimiento en el barrio o un estado anímico, son aspectos que -como nos sucede a todos- detonan un necesario proceso de asimilación, aunque en su caso esta necesidad deriva en reflexión explorativa.

Ahora bien, lo anecdótico nunca se recrea. Pues la asimilación implica también adecuación a las posibilidades existentes. De ahí las formas aparentemente intuitivas o ingenuas de las obras de Burke, de ahí la selección de los materiales y las herramientas, la acusada experimentación técnica, el involucramiento del tiempo y las condiciones ambientales como agentes de conversión física y química... Las obras actúan así, como medios y fines de una sistemática práctica investigativa.

Estratos finales: de vuelta a la clave

Quizá por esto Burke denominó esta muestra “Testigos estratigráficos”. Porque podemos asimilar sus obras como registros plástico-visuales de esta práctica investigativa, así como testimonios de un tiempo particular. Pero también, y posiblemente más importante aún, como testigos de la operación estratigráfica que en nosotros detonan, sea ésta desde la postura racionalista del método estratigráfico, o desde la posición de exploración azarosa del juego.

María José Monge

Reseña biográfica

Héctor Burke vive y trabaja en San José, Costa Rica. Ha realizado exposiciones colectivas e individuales desde 1978 y es considerado como uno de los artistas representativos y precursores del arte conceptual en el medio artístico costarricense. Su aporte didáctico se ha manifestado en la influencia que ha ejercido en diversas generaciones de artistas. Con variaciones de técnica, formato y carácter, las obras de Héctor Burke abarcan desde lo irónico a lo lírico, y desde lo sensual a lo expresivo. Su amplia producción abarca de igual forma la pintura, el dibujo, el grabado, el objeto, el collage o el papel hecho a mano. A veces, incluso, parece complacido en la pobreza de los materiales de los que puede derivar sobrada intensidad. En la obra de Burke, las manchas y trazos suelen ir acompañados de textos literarios, que el artista incluye en algún rincón de sus obras o apenas los sugiere a través de los títulos.

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