Vergüenza Ajena

Roberto Guerrero
Curaduría: María José Chavarría
Inauguración: Jueves 16 de julio, 7:00 p.m.
Del 16 de julio al 05 de septiembre del 2015.
Sala 1
Vergüenza Ajena. Roberto Guerrero.

La muestra pretende ser una revisión individual del trabajo de los últimos años del artista. La exploración tanto de conexiones como de giros y búsquedas, es uno de los puntos significativos dentro de este proyecto. La importancia de la fotografía como medio, y del trabajo manual y objetual, son características representativas de las propuestas de Guerrero, que se empatan principalmente con la exploración del autorretrato como recurso.

Muchos de estos retratos, visibilizan al cuerpo masculino desnudo asociado al tema de la pasión, no solamente desde el erotismo, sino también en relación a la penitencia, el dolor y la culpa. Una especie de recinto del deseo suprimido -a manera de purgatorio- como un proceso de aceptación y castigo constante. Dentro de esta línea, el color rojo y la figura de una especie de ángel caído, se mezclan con elementos autobiográficos.

Una especie de ruptura marca la reivindicación de la “posibilidad de ser” desde la diferencia, aparece un “personaje delicado” que juega con los estereotipos de masculinidad desde la ironía y la parodia… Se da una suerte de evidenciación de una “verdad incómoda” que merece ser mostrada… Hay un desplazamiento desde lo íntimo y secreto hacia lo público como afirmación.

Existe una resistencia posible desde la misma presencia y de una forma deliberada de evidenciar la femineidad dentro de la masculinidad: lo delicado como una declaración de ser diferente y de parodiar a la “identidad masculina” desde la desvirilización. Es una manera de revertir la propagación de la estructuración de lo que debería ser ese “sujeto masculino”, desde la apropiación de sus imaginarios.

Aquí, la parafernalia de los drags shows, todo el brillo, la escarcha y la fantasía de la estética camp, se introducen en busca de la mirada de espectador y de la seducción a partir de su resplandor. Este brillo que se opone a la oscuridad, es una especie de acto político, que busca desestabilizar la realidad a partir de la exaltación y exageración de la belleza.

La artificialidad aparece entonces como concepto fundamental, no solo desde el cuestionamiento dela misma categoría de heterosexualidad1, sino que también se pone en relación a los binomios belleza/ fealdad, auténtico/teatral, subversivo/conservador. A la vez, la apropiación de elementos y símbolos de la historia del arte, así como de la cultura pop y de masas, remiten a lo kitsch como herramienta constante. 1

Al mismo tiempo, la utilización del juego como recurso, pone en evidencia el tema del poder como discurso aprendido. El juego de niños como realidad ejemplar -al igual que el mito-, sirve para estructurar los comportamientos sociales y los roles dentro de una colectividad normada para aprender y reproducir… Cuestionar estospatrones de conducta desde el juego, es una forma de subvertir estos condicionamientos, y como el mismo artista señala, “una manera de ganar el juego al poner en ‘jaque’ al espectador”.

Esta resistencia a lo heteronormativo, es una búsqueda de reivindicación. ¿Cómo se construye el sujeto? ¿Cómo se recibe el castigo o la exclusión si no se cumplen las normas sociales? El diálogo constante con el discurso religioso y la manera que este actúa como condicionante del cuerpo, es una línea trasversal en las propuestas de Guerrero.

Al mismo tiempo, las disertaciones en torno a la represión desde el Estado, en el campo de la sexualidad, son evidenciadas como formas de exclusión y violencia hacia el Otro. La autoafirmación funciona aquí como un arma, como una estrategia de guerra para desbancar el poder y la represión. Esas capacidades de transformación y la muestra deliberada de la diferencia, destinadas a perturbar el statu quo2. 2

Esa búsqueda continua de cuestionar lo normativo, de trastocar y quebrantar al sujeto desde la ambigüedad de la sexualidad, permite que las propuestas de Guerrero, ya no solamente se posicionen desde la autorreferencialidad, sino también desde la duda y testimonios de otros.

Esta muestra hace visibles verdades incómodas para la norma, al revelar condiciones de imposición de una estructura represora y una liberación de los discursos que se canalizan a partir de la culpa y la vergüenza impuesta. Roberto Guerrero se presenta a sí mismo para ser expuesto… Ecce homo… Aquí no hay vergüenza, más que la ajena…

María José Chavarría. Curadora del MADC.

1 Halperin, David, San Foucault. Para una hagiografía gay, Cuadernos de Litoral, Argentina, 2000.
2 Spargo, Tamsin, Encuentros contemporáneos, Foucault y la teoría queer, Gedisa Editorial, España, 2004.
Referencias en otros sitios