Esta muestra trata de resaltar algunas de las inquietudes principales del artista tz’utujil Antonio Pichillá, proveniente de San Pedro La Laguna a orillas del lago Atitlán en Guatemala.
Su trabajo hace mención a lo oculto, lo sagrado, lo que está envuelto. La práctica del tejido se vincula a rituales con el fuego, las piedras y velas, a manera de ceremonias espirituales. Esto también asociado a los cuatro colores del maíz: blanco, rojo, amarillo y negro; colores que a su vez remiten a los puntos cardinales en la cosmogonía maya
Como el mismo artista señala: “El nudo es el vínculo entre los seres y su principio; es la unión que permite continuar cierto trayecto. Desnudar un nudo, es seguir lo que ya está iniciado, es continuar lo nuevo. B’atz’es el nombre de un día del calendario maya, que significa el inicio y el final, anudar y desnudar, enrollar y desenrollar,amarrar y desamarrar.”
María José Chavarría. Curadora.