Instalaciones, obra in situ. Costa Rica.
"Creciendo desde la tierra hacia al sol, el árbol es una imagen de cierta felicidad. Para percibir esta imagen debemos quedarnos inmóviles como un árbol. Cuando nos estamos moviendo, es el árbol quien se convierte en el espectador. Es un testigo, igualmente en la forma de sillas, mesas y puertas, del más o menos agitado espectáculo de nuestra vida. El árbol, convertido en ataúd, desaparece en la tierra. Y cuando se transforma con el fuego, desaparece en el aire".
Rene Magritte
El problema ambiental se nos plantea en un momento histórico donde se comprende al mundo como un conglomerado de intereses individuales, donde la idea de mayor oferta, competitividad y consumidor reemplazan conceptos como democracia, libertad y ciudadano; estamos en un mundo lleno de divisiones sociales maniqueas de corte fascista, es ahora que sentimos las repercusiones del consumo desmedido e irresponsable a todo nivel. Vivimos separados de la naturaleza, entre cemento, asfalto y plástico, y desconectados de los procesos naturales de nuestros cuerpos y nuestro ambiente. Si el individuo no cambia la sociedad no cambiara. Esta en cada uno de nosotros plantearnos quienes somos y donde vivimos; donde queremos vivir y que estamos haciendo para volverlo una realidad. No solo pensar en lo que seria bueno hacer pero sobretodo en hacer lo que es mejor.
Lucía Madriz
En 1999 el MADC fue sede de la primera exhibición individual de Lucía Madriz, proyecto que desde un enfoque crítico, ponía en entredicho los condicionamientos socioculturalmente institucionalizados en torno a las diferencias de género, y su impacto en la construcción de los sujetos. Esta obra sentaba un precedente en el trabajo de Madriz, pues con los años y a través de diversos lenguajes, la mediación del poder legítimo en las relaciones cotidianas, se perfilaría como el eje transversal de su obra.
Mediante exploraciones pictóricas, fotográficas y videoartísticas de gran refinamiento estético, la artista problematizó el poder que las imágenes imperantes en torno al género tienen en la experiencia individualizada de la sexualidad, una de las zonas en las que más eficazmente se ejerce el control de los sujetos. Posteriormente, con las instalaciones-alfombras elaboradas a partir de granos básicos, la discusión en torno a la mediación del poder legítimo se extrapoló a un nivel más amplio, asociado con el impacto de la liberalización económica sobre los países en vías de desarrollo y sus implicaciones en términos socioeconómicos y culturales. Lo económico y lo simbólico se articulaban aquí para indagar sobre los procesos de construcción y reproducción del poder.
Con “Axis”, la artista insiste en la necesidad de pensar el poder, aunque en esta ocasión desde un ángulo de aproximación distinto. Consecuente con la tónica de su trabajo, Madriz refiere la discusión a los ámbitos más básicos y cotidianos, si inicialmente fue la sexualidad y posteriormente la ingesta, ahora es nuestra relación con el entorno.
Empleando elementos naturales como materia prima, la artista crea un microentorno difícil de “descifrar” sin apoyo de nuestro sistema sensorio y nuestras emociones. Los conceptos que usualmente empleamos como mediadores –y en ocasiones sustitutos- de nuestras relaciones con la realidad, son aquí efímeros, inútiles y esencialmente tendenciosos. Artificios que en última instancia reproducen un sistema de relaciones de deterioro mutuo con el entorno.
Frente a esto, la artista convoca una experiencia de re-encuentro y de reconocimiento con nuestras facultades básicas de aprehensión del entorno. En esta postura subyace una operación de afirmación de nosotros mismos como sujetos, de nuestras posibilidades de pautar nuevas formas de relacionarnos con los otros, y de los alcances que estas pequeñas-grandes cuotas de poder individual tienen en la configuración de un mejor mundo.
Si hace nueve años el MADC fue el emplazamiento para el desarrollo de un trabajo que reflexionaba sobre la incidencia del poder legítimo en los procesos de construcción y las posibilidades de acción de los sujetos; hoy es sede de un conjunto de obras que sin abandonar esa preocupación inicial, concentran la atención sobre el poder del sujeto como agente de transformación social.
Además de sugerir modos de encauzamiento de nuestro poder individual sobre el presente y el futuro, “Axis” se devela como un eje trazado a través de un trabajo de investigación constante y de hallazgo permanente.
María José Monge, MADC.
Referencias de la exposición en otros medios
