MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

Curaduría: Virginia Pérez-Ratton
Inauguración: Jueves 26 de febrero, 2009.
Del 26 de febrero al 08 de mayo del 2009.
Salas 1, 2, 3 y 4
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

Exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo cumple quince años este mes de febrero. Desde 1994 se fue consolidando como un centro que miraba hacia sus vecinos, y se ha constituido en un referente regional del arte más reciente, un paso obligado para quien visita Centroamérica y quiere entrar en contacto con las prácticas artísticas del istmo en los últimos años...

Vista de la Sala 1 de la exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo cumple quince años este mes de febrero. Desde su segundo año de vida se fue consolidando como un centro que miraba hacia sus vecinos, y se ha constituido en un referente regional del arte más reciente, un paso obligado para quien visita Centroamérica y quiere entrar en contacto con las prácticas artísticas del istmo en los últimos años. De igual forma, numerosos artistas de otras latitudes, muchos de ellos de renombre internacional, han participado en sus exposiciones. Gran parte de quienes han expuesto en estas hermosas salas han atendido las solicitudes de adquisición del MADC, donando generosamente su obra, u ofreciendo condiciones especiales para que esta se integrara a la naciente colección. Actualmente, esta cuenta con casi 700 piezas, que no solo reflejan la memoria del museo, sino que guardan evidencia de un recorrido por las artes visuales desde mediados de los años noventa. Me ha correspondido el honor de seleccionar una muestra de esta colección para la exposición/aniversario que estará abierta hasta los primeros días del mes de mayo 2009.

Realizar una curaduría para un evento celebratorio reviste más un carácter reflexivo, es más una lectura que una propuesta temática, apta para otro tipo de momento. Mi selección, sin embargo, además de presentar algunas de las muchas obras relevantes que existen en la colección, y que dan testimonio de ese recorrido, intenta establecer cierto tipo de diálogo entre ellas, mediante correspondencias que crean puntos de tensión o distensión entre unas y otras.

Vista de la Sala 1 de la exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

Recibe al público un óleo de Moisés Barrios, La larga marcha III-Fanal,(1998), de la serie de portadas de revistas que Barrios realizara alrededor de 1996-1998. Está dedicada a la lucha del MADC en sus primeros años, mediante una referencia a la histórica marcha de Mao, vinculándola mediante el nombre de la revista que publicara el museo entre 1994 y 1998, bajo la dirección de Luis Fernando Quirós, y cuyas portadas se muestran al lado. El Banano Emplumado (1977) de Victoria Cabezas, una pieza temprana dentro de la producción nacional de arte-objeto, le hace un irónico guiño a Barrios, a partir de un uso lúdico de la simbología sexual y cultural del banano, subvirtiendo además la figura de la Serpiente Emplumada. Más adelante sonreiremos con ElJardín de las Delicias, (1977) en donde Cabezas realiza una vez más una transferencia de sentido mediante el uso de ese fruto emblemático.

Entrando a Sala I se encuentran obras que se vinculan de diversas formas a la energía y la luz, como las Quemaduras Solares (1995) de Charles Ross, Luce (1996) de Claudio Parmiggiani, o a la naturaleza, como el Jardín-Bosque (2000) de Michelle Brody al lado de Trópico Húmedo (1995) de Mario Maffioli, pero también hay un grupo de piezas en donde la cartografía, la latitud, lo ancestral y la historia reciente se mezclan con la fragilidad de la existencia: la vida es tan fugaz en las Historias Paralelas (1993) de Luis González Palma, como frágiles son las Herramientas para construir el Tercer Mundo (2000) de Joaquín Rodríguez del Paso y las Escaleras Blandas (2003) de Sila Chanto. Incluí como apunte una pintura de Fabio Herrera, Palo, (1999), que hace eco formal a las escaleras. La Calimba (1997) de Marcos Lora nos remonta al “middle passage”, la ruta del tráfico de esclavos hacia el nuevo mundo, y que actualmente se transforma, frente a la migración hacia Europa en un “back passage”, o sea un regreso, clandestino, que podría insertarse diversamente en el Mapa (2005) de Rolando Castellón. Otra referencia cartográfica ligada a la identidad se encuentra en la serie de fotos de Territorios a lo macho – Brasil, Colombia, Venezuela (2000) de Alexander Apóstol. En otro registro, la Caja de Sorpresas y Globo-cortina (2001), abstracción de Emilia Villegas, parecen comunicarse extrañamente con la pieza conceptual de Luis Camnitzer El pasado de las ideas (s.f.)

Vista de la Sala 1 de la exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

La sala II se presenta con muros saturados de obra bidimensional, a la manera de los salones, agrupando pequeños conjuntos para crear sentido, e incluye algunas piezas de mobiliario de la colección de diseño, colocados entre las obras. La pieza de Otto Apuy, Transformación del rostro, realizada con elementos que remiten a la hibridez del artista, e ubica a un extremo, para alterar adrede un espacio dedicado sobre todo al papel. En efecto, aquí se mezclan obras gráficas de diversos tipos: fotografía, grabado en metal, collage, dibujo, graffiti, afiches y técnicas mixtas. Una serie de piezas se encuentran en el lindero de la abstracción, o en el terreno de lo simbólico, como Polinización (2003) de José Luis Díaz y los tres grabados S/T (1988-1993) de Jorge Balboa, poco expuestos durante estos años que dialogan con Zen continuo (1984) de Luis Fernando Quirós. Casa II (2001) de Dinorah Carballo se entiende con Drawing Costa Rica (2002), de María Valilla y los grabados Natura y Cartografía (1995) de Ileana Moya. La Puerta al planeta BRK, (1996), pieza significativa de Héctor Burke, funciona cromática y compositivamente con la litografía Mujer con el cuerpo decorado, (1976) de Rufino Tamayo, seguidos por un collage temprano, S/T (1994) de Cecilia Paredes. Entre las piezas de grafiteros que visitaron el museo en 1994, encontramos el acetato Scratch, (1994)de Ed Garro, evidencia del concierto scratch de ese año, cerca de La Espiral y Curva Paramétrica 2 (2002), obras digitales de Alonso Duran, que cierran esta serie junto con la litografía original de un afiche de exposición de 1996 del conocido pintor Peter Halley, quien expuso en el MADC en 1995. En el muro oeste está más presente una cierta figuración con humor, tanto con una pieza objetual como Andar la Vida (1996) de Karla Solano, como con las dos mixtas Múltiple de sistema de objetos “Flying Pigeon” (1997) del Gabinete Ordo Amoris que crean una tensión con La Muerte Linda (1994), de Enrique Chagoya. La escritura está muy presente en el arte contemporáneo de innumerables maneras: Documento (2005), díptico de fotografía de Errol Barrantes, y el collage de Adriana Castro, Autorretrato (2001) o Memoria silenciosa (Poema I y II) (1993-1994) de Juan Luis Rodríguez, lo abordan desde perspectivas, momentos y formatos diversos. Finalmente, la figura humana, cuyos registros en la historia del arte son infinitos, aparece aquí en el cuerpo femenino, como un territorio alterado: Enfragmentación III y IX (2001), fotomontajes de Luis Paredes, y El reconocimiento (2000), de Cecilia Paredes, o como lugar del dolor, a través de uno de sus temas clásicos, la Tortura de San Sebastián (1983), serie punta seca de Kurt Mair. Los dibujos en tinta china, de Ed Pien, Wound y Normal (ambos del 2000) presentan figuras de orden más simbólico, con algo de humor siniestro, al contrario de las apacibles imágenes de la fotógrafa Sandra Eleta, como el Ángel de la Estacada (2001) o América y Celebración (ambas de1998). Completan la sala Noche de Fiesta, (1989) de Roberto Lizano, una de sus piezas más emblemáticas y sugerentes, y Espacios Contemplativos de Marco Guevara, una obra que interpela sutilmente al espectador demandando una pausa en el recorrido.

Sala 2, exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

La sala III trata de ligar algunas obras realizadas de fragmentos pictóricos o mosaicos de imágenes, como Cuadro en un espacio (1994), de Carlos Salas, o los fotomontajes Siempre Allí, y Esto no está hecho en China (2005), de Carlos Capelán, o incluso Te tuve te perdí (2002), la pieza seriada de Alvaro Gómez, así como la pieza de formas sensuales y vivos colores de Pro y con (1990)de Glenn Jampol. También incluye varias obras ligadas a lo siniestro en el juego/violencia como Manos Arriba (1994) y Adiós Lela (1995), obras tempranas de Priscilla Monge, y Florete Romo I (2003), óleo de Adrián Arguedas. Otros artistas juegan con las intersecciones entre la política, la identidad, el entretenimiento y la cultura popular, lo que produce obras como Reminiscencias del Poder (1995) de Adolfo Siliézar o La Ley del Embudo (1992), de Tony Capellán, así como la instalación Cero a cero (2003) de Darío Escobar, e incluso obra gráfica como Hamburguesas McDonalds invaden Japón, Zapateo Guinza (1997), serigrafía de Masami Teraoka. La nostalgia presente en el ensamblaje Después del Baile (1997) de Pedro Arrieta encuentra eco en la solitaria y extraña figura de Frágil (2002) de la serie Poder y Amor, de José Alberto Arce. El retablo ayacuchano de Nicario Jiménez Historia de la sierra (1988), realizado con una intención claramente política desde lo popular, permiten una percepción de un contexto conflictivo del Perú, mientras que Arlette (1995), de Wim Delvoye, utiliza una de las prácticas culturales actuales más comunes, el tatuaje, para identificar una piel de cerdo anónima y mezclar dos realidades. Estas obras, así como las que se presentan en la vitrina, parten a menudo de un objeto de consumo cualquiera y mediante la alteración de su uso, o la inserción de materiales o temas inusuales, crean piezas de lectura más compleja y a menudo cargados de ironía. Así, las cajas de cereales convertidas en objetos de colección, como 50% UP 50% DOWN, de Darío Escobar y las dos piezas de Raúl Quintanilla –Transustanciación (2001) y Tríptico Mattel (2000) mezclan elementos de una cultura supuestamente propia, ancestral, con otros de producción masiva actual, con una fuerte carga referencial, o Zapato (2001) de Patricia Belli, uno de sus objetos imposibles.

Sala 3, exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

La sala IV, que el MADC ha dedicada a la producción audiovisual en muchas ocasiones, ofrece tres secciones: una proyección en monocanal de una selección de 12 videos, que pueden ser vistos de manera seguida por el espectador, o sonsusceptibles de ser seleccionados mediante un control, a partir de un menú. En segundo lugar, dos pequeñas pantallas permiten apreciar individualmente obras cortas de animación: Isla Grande (2002) de Gustavo Araujo, y Hispanic (2006) de Lucía Madriz. Finalmente dos monitores y cómodos asientos para que los asiduos del vídeo puedan acceder a más obras de la colección, y disponer de sonido de forma individual gracias a los cascos de escucha.

Quiero terminar por agradecer a María José Monge por haberme invitado a realizar esta curaduría, por su enorme apoyo y dedicación a resolver lo que ha implicado este montaje, y por felicitar al MADC y a todo su personal en esta fecha tan importante para todos. Y para celebrar, el artista costarricense Federico Herrero ha aportado generosamente un regalo de cumpleaños con una intervención en los muros externos del MADC, que veremos dentro de poco. Felicidades!!!

Virginia Pérez-Ratton, curadora.
Febrero 2009

MADC 15 años

El 21 de febrero de 1994 abre sus puertas el Museo de Arte y DiseñoContemporáneo (MADC) en el marco de la inauguración del Centro Nacional de la Cultura (CENAC), proyecto acariciado desde la década de los años ochenta, que vislumbraba la transformación de la Antigua Fábrica Nacional de Licores en un complejo cultural que albergaría el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, algunas de sus dependencias y el MADC.

El ambicioso proyecto que parecía culminar con la concreción del CENAC, sentaba en realidad las bases para la formulación de un nuevo ciclo visionario a través de la gestación del MADC. Sin paragón a nivel nacional, había que precisar las coordenadas de un museo que debía trabajar desde y hacia su propia contemporaneidad, sin posibilidades de sacar provecho del juicio que provee la distancia del tiempo y de la parcialidad que deviene de dicho distanciamiento. El nuevo museo debía trazar su camino al andar. Le correspondió al equipo de trabajo que se conformó tras esta apertura, la labor de visualizar, perfilar y poner en marcha al MADC.

Sala 3, exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

Con la Dirección de Virginia Pérez-Ratton (1994-1998) se sentaron las bases para la erección de este museo. No en vano se asimiló desde ese entonces la imagen del MADC como la de “lector y testigo de su tiempo”, asumiendo como plataforma de trabajo la región centroamericana y procurando su proyección a escala internacional. El MADC se posicionó desde entonces como el primer espacio en Centroamérica dedicado a la conservación, investigación y difusión del arte y el diseño contemporáneos.

Bajo el lema “un museo vivo”, durante la Dirección de Rolando Barahona-Sotela (1998-2004), se realizaron proyectos que situaban su énfasis en la difusión del amplio y polifacético espectro de temáticas y medios expresivos implicados en el arte y el diseño contemporáneos, facultando espacios para la visibilización y promoción de las artes visuales emergentes y la implementación de las nuevas tecnologías en la producción artística contemporánea.

Con la Dirección de Ernesto Calvo Álvarez (2004 -2008), se enfatizó la vocación centroamericana del museo, instituyendo bajo el formato de concursos el compromiso de estímulo a los artistas emergentes y a las exploraciones artísticas que involucran el uso de nuevas tecnologías. Bajo la consigna “un espacio abierto y múltiple”, se diversificó la programación del museo con una agenda permanente de actividades complementarias a las exposiciones, entre ellas ciclos de cine, conciertos, charlas y talleres.

“Lector y testigo de su tiempo”, “un museo vivo”, “un espacio abierto y múltiple”…consignas que se tornaron en realidades palpables gracias a los y las artistas que han participado entusiastamente en el andar de este museo, al sin número de personas que se han nutrido de la oferta cultural del MADC, al excepcional equipo que se ha forjado con este museo, a las instituciones, organismos y empresas que han colaborado generosamente con la institución, al acompañamiento de los miembros de las Juntas Administrativas y de la Fundación Pro-MADC, y a los y las Ministras de Cultura que con gran sabiduría y empeño han sabido respaldar oportunamente el devenir del MADC.

Sala 4, exposición: MADC 94/09: Diálogos y correspondencias

Transcurridos 15 años, estas frases se nos presentan entonces como comprimidos de palabras claves que nos informan sobre la esencia de un museo muy particular. Y esto pasa inclusive, si jugamos a desmantelar en una sopa de letras la lectura lineal de cada una de ellas: lector vivo, lector abierto, lector múltiple, tiempo múltiple, tiempo vivo, tiempo abierto,testigo múltiple, espacio vivo, museo abierto, museo múltiple… juego de palabras que podría multiplicarse infinitamente, sin desvirtuar la imagen de un museo que se reconoce a sí mismo como parte de un momento que se nutre del cambio, y que asume los desafíos y riesgos que se deprenden de participar activamente en la historia que se relata.

Deseamos celebrar el compromiso, la responsabilidad, el ímpetu y la intensidad, con los que ha sido surcado el camino andado en estos 15 años. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de una exposición de la colección de obras del museo curada por Virginia Pérez-Ratton, primera Directora del MADC.

MADC 94-09 Diálogos y correspondencias, es una muestra que atiende a este espíritu celebratorio desde una actitud de revisión y reflexión. La selección comprende buena cantidad de las obras de la colección, las cuales han sido hilvanadas a través de sugestivas relaciones sustentadas en las intencionalidades de los artistas, los contextos de producción de las obras y las posibilidades interpretativas que se desprenden de ellas; y emplazadas procurando potenciar las cualidades arquitectónicas de las salas de exposición.

En esta muestra el espectador atento podrá percibir las diversas formas en las que el MADC se ha involucrado en el curso de la historia de los últimos quince años, y en el mejor de los casos, reconocerse a sí mismo como parte del camino andado.

MADC 94-09 Diálogos y correspondencias es una exhibición que en suma, afirma el sinnúmero de motivos que tenemos para celebrar.

María José Monge, Directora a.i.
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

Artistas

Adrián Arguedas / Adriana Castro / Alexander Apóstol / Alonso Durán Alfaro / Álvaro Gómez / Andrés Carranza / Brooke Alfaro / Carlos Capelán / Carlos Salas / Cecilia Paredes / Charles Ross / Claudio Parmiggiani / Darío Escobar / Dinorah Carballo / Ed Garro / Ed Pien / Emilia Villegas / Enrique Castro Ríos / Enrique Chagoya / Ernesto Salmerón / Errol Barrantes / Fabián Marcaccio / Fabio Herrera / Federico Herrero / Gabinete Ordo Amoris / Glen Jampol / Gustavo Araujo / Héctor Burke / Hugo Ochoa / Ileana Moya / Joaquín Rodríguez del Paso / Jonathan Harker / Jorge Balboa / José Alberto Arce / José Díaz / Juan Brenes / Juan Luis Rodríguez / Karin Schneider y Nicolas Guagnini / Karla Solano / Kurt Mair / Lucia Madriz / Luis Camnitzer / Luis Fernando Quirós / Luis González Palma / Luis Paredes / Marco Guevara / Marcos Lora Read / Maria Valilla / Mario Maffioli / Masami Teraoka / Michelle Brody / Moisés Barrios / Nicario Jiménez / Otto Apuy / Patricia Belli / Pedro Arrieta / Priscila Monge / Raúl Quintanilla / Regina Galindo / Roberto Lizano / Rodolfo Morales / Rolando Castellón / Rufino Tamayo / Sandra Eleta / Sila Chanto / Tony Capellán / Victoria Cabezas / Wim Delvoye

Referencias en otros medios

Catálogo (2009)
Valor: ¢3500 / $7
Datos de la publicación: 8.5 x 10 pulgadas. 186 páginas. Textos en español.