89 obras/ 73 artistas -máxima energía en el mínimo espacio.

10 de mayo - 18 de agosto, 2001

Artistas internacionales invitados:

A-153167 - Guatemala, Regina Aguilar - Honduras, Alexander Apóstol - Venezuela, Gustavo Araujo - Panamá, Luis Areñas - Francia, Lutz Becker - Alemania, Patricia Belli - Nicaragua, Catherine Bolle - Suiza, Michele Brody - EUA, Christo - Bulgaria, Donna Conlon - EUA, Nicola Constantino - Argentina, Guillermo Conte - Argentina, Felipe Covarrubias - México, Mito Covarrubias - México, Richard England - Malta, Darío Escobar - Guatemala, Francisca García - Chile, Rupprecht Geiger - Alemania, Silvia Gruner - México, Abigail Hadeed - Trinidad, Ted Hiebert - Canadá, Glenn Jampol - EUA, Fabian Marcaccio - Argentina, Mario Navarro - Chile, Gabriele Nimmermann - Alemania, Santiago Olmo - España, Nazaret Pacheco - Brasil, Luis Paredes - El Salvador, Marta María Pérez Bravo - Cuba, Ed Pien - Canadá, Malvina Sammarone - Brasil, Diana Solares - Guatemala, Esperanza Suárez - México, Irene Torrebiarte - Guatemala, Gu Xiong - China, Saaraliisa Ylitalo - EUA, Johannes Zits - Canadá.

Artistas costarricenses:

Rebeca Alpizar, Otto Apuy, Pedro Arrieta, Victoria Cabezas, Miguel Casafont, Mirta Castro, Dinorah Carballo, Luis Chacón, Sila Chanto, Rudy Espinosa, Claudio Fantini, José Alberto Hernández, Miguel Hernández, Fabio Herrera, Federico Herrero, Ana Griselda Hine, Marisel Jiménez, Carlos Jinesta, Roberto Lizano, Mario Maffioli, Adela Marín, Ana Isabel Martén, Rosella Matamoros, Priscilla Monge, Ry Morrison, Ileana Moya, Alberto Murillo, Cecilia Paredes, Virginia Pérez-Ratton, José Miguel Rojas, Adolfo Siliézar, Zulay Soto, Jaime Tischler, Sussy Vargas, Alejandro Villalobos, Emilia Villegas.

Curaduría: Rolando Barahona Sotela y Tahituey Ribot Pérez.

Arquetipos. Expresiones multiculturales en pequeño formato.

En los últimos años ha crecido una tendencia en muchos artistas por expresar sus ideas utilizando grandes formatos que abarcan un amplio espacio de diálogo con quién los observe, sea bidimensional, o si los recorre, tridimensional. Sin embargo la presente muestra Colectiva de Arte Contemporáneo en pequeño formato es una clara confirmación de que la fuerza expresiva del mensaje concentrado es igualmente valiosa, e incluso en ciertos casos, más íntima en términos de comunicación. Así, se intenta confirmar que las obras con su energía contenida en una expresión de reducido tamaño, continúan siendo una opción elegida por los artistas para materializar las ideas que apoyan sus proyectos creativos.

El título “Arquetipos” surge a partir de la intención de congregar energías expresivas esenciales de cada de uno de los artistas incluidos, cuya presencia es la obra en si y no un estudio de sus antecedentes. Para lograrlo se ha realizado una amplia selección de creadores, tanto nacionales como internacionales, teniendo como fundamento curatorial la interacción de ideas representativas y coherentes con la individualidad de cada autor.

Esta exposición pretende distinguir cómo las energías expresivas en el arte contemporáneo también pueden ser llevadas a una mínima expresión, teniendo como única herramienta un máximo de fuerzas comunicativas puestas en función de una idea. Por ello presentamos obras en “pequeño formato” que exteriorizan la naturaleza de sus creadores, como artistas y seres humanos, en esa incansable búsqueda hacia una expresión auténtica que signe sus trayectorias vitales.

(J. Zits, Arquetipos, 2001)

La cultura contemporánea se caracteriza por contener discursos, en casi todos los campos, sumamente extensos y complejos, producto del avance de la tecnología y de la especialización. Por eso, “Arquetipos” busca ampliar las siempre abiertas fronteras del MADC hacia zonas multiculturales compuestas por mentes plenas de inquietudes individuales; no necesariamente parte de tendencias de época o de movimientos artísticos compartidos. Es también importante paralelamente mostrar que muchos artistas costarricenses transitan en la actualidad por importantes búsquedas y experimentos diversos con los medios de expresión, con lenguajes que van mucho más allá de lo aceptado o reconocido a nivel local. “Arquetipos” asume, de ese modo, una posición de búsqueda de diálogo con el contexto contemporáneo que involucra a obras de artistas de diversas generaciones, generadas desde mentalidades muy distintas, con múltiples técnicas de expresión. Una convocatoria que no ha considerado años de práctica o reconocimientos especiales, ni ser influenciados por criterios establecidos en las discriminatorias prácticas de los eventos sobresalientes del arte internacional y costarricense.

Se han invitado obras específicas a participar, no artistas. Expresiones llevadas a un mínimo espacio, con un máximo de expresión como común denominador. 73 artistas -entre nacionales e internacionales- cuyo universo de lenguajes va de lo pictórico, lo gráfico, lo fotográfico (tanto convencional como digital, pasando incluso por la fotografía psíquica) hasta lo objetual y la instalación; partiendo igualmente de tendencias estéticas que se desplazan de la abstracción y lo figurativo, al pop, el minimal, el expresionismo; así como técnicas que parten del collage a la manipulación matérica y fotográfica, entre otros.Es necesario referir, además, que la curaduría ha buscado que las obras de cada artista se conviertan en protagonistas de la exposición, a partir de su propia creación individual individualidad creativa. Así, en una mesa de mentalidades y opiniones muy diversas cada expresión participa como una opinión respetada por su esencia única. Una ocasión para dar validez al derecho de cada individuo para ser escuchado, teniendo presente que la evolución del arte se nutre precisamente de lo que surge en el diálogo entre lo heterogéneo y lo divergente y que la homogeneidad provoca en ocasiones estancamiento y rigidez.

Por último, al vincular la muestra “Arquetipos” al “pequeño formato” partiendo de intenciones multiculturales, es posible enriquecer y ampliar nuestros puntos de vista , no sólo respecto algunas tendencias en el acontecer del arte en diversas regiones del mundo, sino también en los distintos valores intelectuales, políticos y sociales. Paralelamente, brindamos un espacio de libre intercambio y análisis, más que de confrontación o comparación de talentos. Una oportunidad para abrir los canales hacia un pensamiento más libre y espontáneo que tanto le urge al arte contemporáneo de nuestro país, como forma de relacionarse e interactuar objetivamente con otros puntos de vista, provenientes de pensamientos gestados en sociedades similares o distintas, pero al fin al cabo de contextos artísticos y vivenciales conformados por seres humanos con necesidades básicas iguales, compañeros de planeta… Curaduría: Rolando Barahona Sotela y Tahituey Ribot Pérez.

( A. Siliézar, Arquetipos, 2001)

Concentradas pluralidades

Uno de los preceptos fundamentales de la física contemporánea afirma, que toda materia existente surgió de un minúsculo punto donde se hallaba concentrada toda la energía que dió origen al universo, y que aún hoy continua expandiéndose indefinidamente. En la sabiduría popular, esa compleja teoría tal vez resulta analoga al dicho común que afirma: la buena esencia viene siempre en frasco pequeño.

Así, aunque en apariencia tan distantes, ambas percepciones podrían referir - simbólicamente- el principal objetivo de la exposición colectiva Arquetipos: poner a dialogar un amplio y diverso conjunto de artistas con la intención de que, en “pequeños formatos”, concentraran determinados rasgos “arquetípicos” de sus obras.

En ese sentido, el concepto “arquetipo” -proveniente de la filosofía platónica y entendido como idea o abstracción- remite a una especie de modelo primario, original, del cual los objetos sensibles no serían más que sus representaciones empíricas. En el siglo XX -y de cierta forma ampliando las concepciones de Platón- el psicoanalista Carl Jung afirmaba que el “arquetipo” resulta ese inconsciente simbólico que se expresa en toda realidad, tanto individual como colectiva.

Por ello, con la pretensión de dimensionar tales representaciones simbólicas, la concepción curatorial de Arquetipos sugirió el “pequeño formato” como medio propicio para que los artistas expusieran algunas referencias artísticas y vivenciales del devenir de sus obras. Igualmente, con la apuesta al “pequeno formato” la muestra se propuso establecer un diálogo crítico respecto a cierta gigantofília del arte actual, la cual a veces busca exponerse en formatos enormes, grandilocuentes, no tanto por necesidades conceptuales, sino más bien como manido recurso de impacto. Entonces, aunque el gran formato haya resultado imprescindible a ciertos lenguajes artísticos de la contemporaneidad, lo que esta muestra parece enfatizar es que, sugerentes ideas y sólidas concepciones, también pueden hallarse concentradas en un mínimo espacio físico.

Por otro lado, la búsqueda del “pequeno formato” contrasta con la extensa diversidad geográfica, cultural y estética de artistas que ha reunido Arquetipos, enfatizando el carácter multívoco y ecléctico del arte más reciente, donde coexisten una gran variedad de poéticas individuales de dispares registros comunicativos. Así, en la exposición interactuan algunos de los más significativos artistas nacionales, de diferentes generaciones y tendencias estéticas (Fabio Herrera, Marisel Jiménez, Jaime David Tischler, Priscilla Monge, Sila Chanto, Federico Herrero, entre muchos otros), junto a importantes artistas internacionales de las más disímiles procedencias geográficas y culturales (Norte, Centro, Suramérica y el Caribe, Europa y Asia): Christo (Bulgaria-Estados Unidos), Gustavo Araujo (Panamá), Alexander Apóstol (Venezuela), Johannes Zits (Canadá), Catherine Bolle (Suiza), Marta María Pérez Bravo (Cuba), Rupprecht Geiger (Alemania), Patricia Belli (Nicaragua), Richard England (Malta), Gu Xiong (China), entre otros.

Sin embargo, las incripciones multiculturales de la muestra no sólo se evidencian en lo geográfico y cultural, sino también en los acercamientos a diferentes temáticas, las cuales se desplazan de la memoria y lo autobiográfico, a la referencialidad al propio cuerpo; de reflexiones directamente sociológicas y políticas, a aquellas de connotaciones más antropológicas y filosóficas.

Igualmente, la exposición mezcla lenguajes sumamente diversos: de la pintura y el dibujo, al collage y el grabado; del objeto encontrado e intervenido, a la escultura, la instalación o el ensamblaje de medios pobres; de la fotografía convencional, escenificada o manipulada, a la digital; de la alta tecnología a lo telúrico, biológico y natural. Asimismo, la muestra hace interactuar apropiaciones de heterogéneas tendencias estéticas: de lo figurativo a lo gestual y abstracto; de recursos cercanos al surrealismo o el expresionismo, hasta el mínimal, el (pos)conceptualismo, el pop o la sensibilidad kitsch.

Ahora bien, a pesar de toda esa multiplicidad, la curadoría intenta relacionar aspectos unitarios que conformen el devenir de cada uno de los artistas expuestos, como forma de comprender -justamente- la plurivocidad estética y cultural que los recorre. Por ello, pudiera afirmarse que la exposición Arquetipos, de alguna manera se encuentra atravesada por tensiones que van de lo esencial y representativo a lo marginal y fragmentario, de la identidad a la otredad, de preceptos modernos a supuestos posmodernos.

( M. Castro, Arquetipos, 2001)

Tales características, más que un defecto o carencia de la exposición, resultan una inmensa ganancia para las artes visuales costarricenses, tan necesitadas de ese tipo de confrontaciones. De tal forma, la interrelación y diálogo de artistas nacionales e internacionales de las más diversas procedencias, posibilita la articulación de diálogos que activan interrogaciones y cuestionamientos de signo contemporáneo que, por momentos, parecieran adormecidos en el contexto nacional.

Entonces -retomando la alusión paralela a la física y al acerbo popular que hacíamos al inicio- el “pequeño formato” como recurso formal y expresivo al que apela la muestra pudiera convertirse, además, en metáfora sobre la posibilidad de búsquedas pretenciosas y la expansión de energías transformadoras, aún desde un país geográficamente diminuto. Ernesto Calvo Alvarez.

Referencias en otros medios

“…con la apuesta al pequeño formato la muestra propuso establecer un diálogo crítico con respecto a cierta gigantofilia del arte actual, no tanto por necesidades conceptuales, sino más bien como manido recurso de impacto (…) el principal objetivo de la exposición colectiva Arquetipos: poner a dialogar un amplio y diverso conjunto de artistas, con la intención de que, en “pequeños formatos” concentraran determinados rasgos “arquetípicos” de sus obras (…) por otro lado, la búsqueda del “pequeño formato” contrasta con la extensa diversidad geográfica, cultural y estética que ha reunido Arquetipos, enfatizando el carácter multívoco y ecléctico del arte más reciente, donde coexisten una gran variedad de poéticas individuales de dispares registros comunicativos (…) a pesar de toda esa multiplicidad, la curaduría intenta relacionar aspectos unitarios que conformen el devenir de cada uno, como forma de comprender la plurivocidad estética que los recorre (…) Arquetipos se encuentra atravesada por tensiones que van de lo esencial y representativo a lo marginal y fragmentario, de la identidad a la otredad, de preceptos modernos a supuestos posmodernos (…) Tales características resultan una inmensa ganancia para las artes visuales costarricenses, tan necesitadas de ese tipo de confrontaciones.” Ernesto Calvo. Concentradas Pluralidades. Áncora, La Nación, 13 de mayo del 2001