Instalación y performance

Naturaleza (re)construida

Los graves problemas derivados del creciente deterioro de nuestro planeta, ha sido una de las obsesiones más recurrente del arte y la cultura contemporáneas. Desde el “arte de la tierra” o land art impulsado por algunos artistas de los sesenta y hasta hoy, hasta movimientos políticos y sociales ecologistas como Greenpeace o el Partido de los Verdes, el intento por salvaguardar a toda costa la vida en la Tierra, es una de los principales retos de nuestras sociedades actuales.

En tal sentido, uno de los elementos naturales más importantes para que todos sobrevivamos -los bosques- están siendo arrasados en todo el planeta, a ritmos alarmantes, sin que parezca vislumbrarse una solución posible a este grave dilema que nos involucra y afecta a todos.

Y como la vida biológica y humana es una cadena inseparable, la desaparición de los “pulmones verdes” de la Tierra trae consigo otra serie de dilemas inevitables: con la pérdida de los árboles disminuyen los imprescindibles procesos de fotosíntesis, esenciales para respirar el oxígeno que necesitamos para vivir; y se alteran y deterioran también los ciclos climáticos (lluvias, temperaturas, estaciones) y vitales (fertilidad, regeneración e interacción entre las especies, etc).

Así, como un intento de exponer metafórica, aunque con crudamente, la necesidad de (re)construir, desde la acción humana, las casi irreparables pérdidas que le hemos causado a la naturaleza –y que como un boomerang se han revertido en contra de nosotros mismos- el artista alemán residente en Costa Rica ha propuesto su instalación y performance “Atmósfera”.

Retomando algunas ideas presentes en otros performances suyos, más relacionados con el impacto nocivo y traumático de la guerra y la violencia, y a la vez incorporando elementos y referencias directamente vinculadas al contexto costarricense (donde Mark ha vivido intermitentemente por casi diez años), este artista alemán se apropia del imponente y a la vez difícil espacio de la Pila de laMelaza, utilizando troncos de árboles ya caídos y muertos, así como tanques de oxígeno que conectará a ellos, para mediante una acción de tala e inmediata reconstrucción de lo destruido, hacernos partícipes de esos procesos contradictorios e irreflexivos, tan comunes en nuestras sociedades actuales, y que nos afecta(rá)n a todos, hasta hacer imposible – quizás algún día no tan lejano- la vida en nuestro planeta.

Ernesto Calvo. Curador.