En una conversación con Sergio Valencia Salazar sobre su obra, en reiteradas ocasiones, pueden escucharse mencionar palabras como: técnica, grabado, aura, arqueología –de la imagen–, distribución –de imágenes–, historia, análogo, digital, chip, plancha, revelado, develado, experimentar, configuradora –de la imagen y del paisaje–, tecnología, render, “piratear”, despojar, poder, tiranía, autonomía, ruina, espacios, urbanismo, ocupación, arquitectura, entre otras. Estos son conceptos que sugieren una idea global del trabajo de Valencia y, al mismo tiempo, proporcionan un panorama de sus inquietudes como artista.
El MADC presenta La memoria del horizonte, un proyecto que se estructura a partir de dos secciones claramente delimitadas: la primera, corresponde a la obra “Sitio E-9-D"; la segunda está integrada por la serie de grabados titulada “Paisaje / Módulo”. A través de estas piezas, Valencia deja al descubierto su interés por explorar temas vinculados con las características de ciertos espacios –específicamente, de los sitios arqueológicos y las ruinas–, la reinterpretación de insumos e imágenes generadas desde el ámbito de lo digital y, por último, la posibilidad de construir diversas narrativas a través de las imágenes que se nos presentan.
La memoria del horizonte, de alguna u otra manera, nos enfrenta a dos grandes interrogantes. Para empezar, nos hace cuestionar sobre cómo dialogan y lidian los procesos de producción de imágenes análogos con los digitales. Mientras que, por otra parte, plantea: ¿Cómo las imágenes que vemos, y consumimos, configuran las maneras en las que abordamos nuestros contextos?