Testigos

Angiola Riva Churchill / Milan-Venecia-NYC
Curaduría: Rolando Barahona-Sotela
Del 15 de marzo al 19 de mayo del 2001.
Sala 1
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo

EL JARDíN- PROCESIóN- Paredes del ojo- Espacio de la luna.

El próximo jueves 15 de marzo se inaugura la muestra “TESTIGOS” de la artista italoamericana ANGIOLA RIVA CHURCHILL, que llegó a Costa Rica el pasado 3 de marzo para iniciar el proceso de montaje en la sala 1 del MADC.

La artista ha venido concretando un intenso trabajo cuyo material básico es el papel, material que esta creadora visualiza desde los años 50 como un gesto simbólico ligado a su “papel de mujer” representando “la incapacidad de expresión como herencia en el silencio del mundo de la mujer”.

La doctora en arte Riva-Churchill ha sido una artista que nunca se dejó opacar por los valores machistas y que ha participado activamente como artista y educadora tanto en Italia, en especial Venecia y Milán, como en la ciudad de Manhattan. Desde hace veinte años ha sido la directora del Programa de Venecia que ella misma fundó como parte de los programas de la Universidad de Nueva York en Europa y que le han dado un reconocimiento internacional.

La obra completa que esta artista presenta es el producto de un proceso generado por invitación de Rolando Barahona, curaduría iniciada a final del 99. La instalación abarca toda la sala 1 y está compuesta de cuatro ámbitos: El Jardín, Procesión, Las paredes del ojo y el Espacio de la luna.

Esta ejecución y el espíritu de esta exposición mantienen lazos profundos con sus inquietudes y experiencias anteriores con el papel y con la esencia y el mito del “órgano de la visión” creando principios firmes que conforman una expresión artística personal desde las entrañas.

Lo geométrico y lo orgánico de la naturaleza se reinventa valiéndose de las calidades y cualidades del papel paralelas a las de un ecosistema: frágil y vulnerables pero moldeable y consistente a la vez, en juego constante con la luz y el espacio contenido en las superficies texturadas y en los ámbitos generados por ellas de prístina blancura. Ambitos que emanan una sinfonía de gestos silenciosos y que conllevan a la introspección y a la revisión por el ojo de la conciencia de los valores equívocos o acertados que moldean la existencia. Una mirada persecutora permanente que escudriña los rincones más recónditos de nuestra intimidad y nos martiriza hasta el cansancio cuando las acciones tergiversadas han provocado mal. Ojos que son observados y que observan al espectador desde el ingreso hasta su partida. Miradas profundas que parten con el espectador porque son a imagen y semejanza de su propio ojo de la conciencia.

La artista recrea el mito del ojo que comunica mil gestos, que penetra e inspecciona. Un ojo QUE SE TRANSFORMA Y PUEDE SER ENERGICO, DESCONCERTADO, TRISTE, SINIESTRO, DULCE, AMOROSO, SALVAJE, VIGILANTE, ANSIOSO O ARDIENTE. Lenguajes que no pueden ocultarse delatando una condición emocional y física, ya que el ojo es el “elemento tecnológico natural” más expresivo, incisivo y concentrado de la esfera de la comunicación.

La artista con gran creatividad multiplica los elementos y rompiendo las barreras del collage inunda la galería con un dinamismo que corre dentro la obsesión de lo aparentemente estático. Gritos ocultos que martillan haciendo patente el pasado en un presente que no puede retroceder pero que se alimenta de sus alegrías y sus angustias.

Angiola Riva-Churchill nos invita a ser parte de un micro mundo no formalista porque el contenido rebasa los valores de la forma misma. Abre una nueva puerta para ser parte de una experiencia única que solo hemos vivido dentro de nuestra imaginación y nos confirma que el arte tiene mil posibilidades siendo terreno fértil para sembrar las inquietudes de la mente y fructificar la síntesis del yo.

Nos presenta una obra que se mantiene actual valiéndose de la objetividad de cada espectador que la hace fresca y nueva con sus reacciones.

“La intención de mis trabajos es crear un recorrido por caminos aventurados con la esperanza de desarrollar el “deseo para ver” y la liberación”.

Rolando Barahona Sotela, CURADOR

Testimonio de la Artista

¿Cuántas paredes se deben atravesar para movilizarse, ajustarse y sobrevivir en un universo cambiante?

EL JARDÍN

La naturaleza tal y como la conocemos está contenida dentro de este jardín amurallado. Símbolos orgánicos que se refieren a la vegetación, a los animales y al diálogo del cuerpo femenino uno con otro. Contemplando estos símbolos se comprende la variedad inmensa en la naturaleza y el paralelismo que existe entre la vida no humana y la humana. Pero ahora que los sistemas naturales de la interdependencia están en peligro, reconocemos otras sustancias y estructuras necesarias para la existencia y nos movemos más allá de estas paredes.

PROCESIÓN

Alteradas de sus formas biológicas anteriores después de sufrir transformaciones múltiples, las figuras renuentes y extrañas recorren en procesión hacia lo desconocido. Son hechas visibles, tangibles y reales por el juego de la luz que ondula en el detalle intrincado de sus vestimentas. Sus vestidos sin cuerpos llevan vestigios de épocas pasadas, de las referencias a las columnas clásicas, trazo lineal de logros artísticos anteriores, una feminidad idealizada que implica la virtud y la pureza - flores del planeta tierra. Todo se deja detrás en sus atuendos vacíos.

Detenidas en el movimiento, la calma de las figuras prevalece sosteniendo un momento en la suspensión eterna. Trazando un lazo entre la presencia y la ausencia ellas subsisten en una calma metafórica, sosegadas aisladas. Ingrávidas, colgada de puntillas, ellas flotan en un territorio intermedio.

LAS PAREDES DEL OJO

Testigos que miran y son mirados - las paredes del ojo mediterráneo se derivan de una herencia tanto artística como personal en la cual la diosa pagana y las Leyes Judeo - cristianas de Dios se fusionan. ¿Pueden los sentidos penetrar estas paredes culturales permitiendo una visión clara de la estructura cambiante de todas las cosas vivas?.

EL ESPACIO DE LA LUNA

La pared de la luna es el canto del coro murmurando palabras sobre el expirar gradual del planeta tierra y de la necesidad de conectarse con la sustancia y la energía de las estrellas. Los patetismos de la pérdida como la luz de la esperanza frecuentan este sitio. Un mundo y un ser anterior están terminados pero otro se está gestando. El conocido desaparece y solamente los fragmentos de las experiencias terrestres se esparcen en un universo ampliado.

Angiola Riva Churchill

Referencias en otros medios

“Experiencia gratificante e impactante el contacto con la obra “Testigos”, donde sobresale el diálogo que se establece con la memoria, el espacio arquitectónico de la sala y el propio espectador. Obras que en su mayoría penden como tapices, hechos en papel blanco tan puro como la luz misma”. Tahituey Ribot. Papel, Silencio y Luz. Suplemento Cultural Áncora, La Nación, Domingo 18 de marzo 2001.

"PAPER is cleverly recycled into hunting images (…) Recreating the myth of the eye to communicate a thousand gestures (…) paper, a symbolic gesture tied to the rol- (a pun in spanish: role is "papel" ) and the artist uses papel - paper- to represent "the inability of expression as a legacy of the silence in the world of women (…) don't miss this extraordinary show" . The Tico Times, march 30, 2001