¿Cuál es el camino que deberían tomar los museos de arte contemporáneo entrado el siglo XXI? ¿Cómo puede repensarse el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) después de 26 años? ¿Qué permea su entorno y afecta su futuro? ¿De qué forma apoya a los artistas locales? ¿Qué significa para ellos ser legitimados a través de una institución? Estas interrogantes, nos las planteamos nosotros, los creadores y quizá se las haga usted mismo, mientras lee este texto.
This way… según varias acepciones, se traduce como este camino, de esta manera, por aquí. Este proyecto, es una exploración de diversos modelos curatoriales y expositivos, en la cual, artistas, obras y públicos, interactúan con el fin de enriquecer sus profesiones, sus lenguajes y su experiencia durante esta visita. Es sabido que algunos modelos expositivos y museales, así como el formato de muchas bienales, concursos y certámenes, se encuentran obsoletos. El MADC apuesta por un modelo curatorial que fomente la interacción entre artistas de diversas generaciones, procurando una mediación entre ellos, sus obras y los diversos públicos que visitan la institución.
Rossella Matamoros, Javier Calvo y Lucía Howell, presentan tres propuestas que hilvanan entre el espacio, el territorio, la política, la historia, la institucionalidad y la acción performática. El ciclo se cierra cuando el visitante deja de ser observador y se convierte en cómplice de lo que ocurre en la Sala 1. La contemplación no es suficiente durante su visita a esta muestra; esperamos más de usted. Acá se plantean interrogantes, pero las respuestas las obtendrá al interactuar con el montaje. This way quizá sea el camino a lo accesible, a la mediación y a la interacción; a que el Museo no sea ni nuestro ni suyo, sino de todos.
La pandemia actual llegó de manera desafortunada a esta exposición, en la cual lo físico y lo presencial son vitales para su comprensión y desarrollo. Tanto el equipo del MADC, como los artistas participantes, hemos reflexionado y repensado sobre This Way… un nuevo y posible camino expositivo hacia la “nueva normalidad” del arte contemporáneo en los museos.
Daniel Soto Morúa
Curador MADC
sin fecha ni lugar específico, 2020
¿NOS VEMOS AL ESPEJO? | Rossella Matamoros http://www.rossellamatamoros.com
A lo largo de una sólida carrera, esta artista ha investigado el desarrollo humano, el trauma, la recuperación y el civismo a través de expresiones gráficas y pictóricas que ha trasladado a las artes escénicas y performáticas, incluyendo la escultura, la instalación y el video. Su obra; robusta y cargada de movimiento, se enmarca en un expresionismo abstracto que mezcla con la escritura, convirtiendo al texto, en personaje esencial.
Ha participado en más de 135 exposiciones y actividades performáticas que se extienden por 30 años, de manera individual y colectivamente, en países como Costa Rica, Argentina, Colombia, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, Italia, Japón, México, Panamá, Perú, Suiza y Taiwán. Entre otras de carácter internacional, ha participado en la Bienal de Venecia en dos ocasiones, 2003 y 2017.
En esta ocasión, mediante preguntas directas y contundentes, reta y responsabiliza al espectador, cuestionando la manera en que los costaricenses entendemos nuestra historia y ejercemos ciudadanía. Durante más de dos años, Rossella Matamoros (1960) se ha dado a la tarea de analizar sociológica y antropológicamente; mediante una serie de entrevistas, a ciudadanos desconocidos y también a especialistas en diversas áreas: abogados, médicos, politólogos y científicos. A partir de estos cuestionamientos propios y ajenos, ha creado un tejido de situaciones que conforman un mapa común en el que se cuestionan el poder, la debilidad, el interesés ciudadano, la información, los recursos y hasta la pandemia actual. Invita al visitante a observar, sentir y responderse a sí mismo ¿de qué lado del espejo está?
EXPERIENCIA ESTÉTICA | Javier Calvo https://www.javiercalvosandi.com
Este grupo de obras alude a la abstracción geométrica, tendencia del movimiento artístico del arte abstracto, de la segunda década del siglo pasado que utilizaba, principalmente, formas geométricas simples, que combinadas, formaban composiciones muy atractivas para el ojo humano.
Javier Calvo (1981) convierte al espectador en participante. Estas pinturas e instalaciones, no solamente recuerdan dicho movimiento, son, a la vez, test psicotécnicos que miden el pensamiento abstracto, y se han utilizado recurrentemente en grandes organizaciones, como filtros de evaluación objetiva en sus procesos de reclutamiento de personal, con el fin de detectar cualidades, medir habilidades y analizar aspectos de carácter necesarios para el desempeño de los puestos.
Su propuesta apunta, por un lado, hacia los problemas de presentación y representación presentes en la tradición pictórica; por el otro, hacia la dimensión política del arte participativo, discutido constantemente en los círculos artísticos. Por ello, el visitante tiene la opción de acercarse a las obras desde una postura estética-contemplativa o bien, resolver los acertijos y experimentar una relación estética-participativa. A través de su interacción, la obra pictórica se completa por medio de una imagen mental; mientras que las instalaciones, se activan con la participación del visitante. Ese acto de imaginar como alternativa política, dará el resultado final para validar la propuesta del artista.
SESIÓN DE IMPROVISACIÓN | Lucía Howell http://luvhowell.com/
Su joven, pero prometedora carrera, se centra en la experimentación del lenguaje gráfico vinculado a la experiencia sonora y al recurso digital-tecnológico en locaciones específicas. Muestra un interés por el espacio y la interacción con los públicos en “zonas seguras”, como lo son las salas del museo. Esta obra, sencilla pero invasiva, le invita a usted a integrarse, explorar y recorrer el espacio museal. El visitante podrá experimentar con su cuerpo: sentarse, acostarse, brincar, caminar, analizar su gestualidad y la de los demás, habitar este espacio, junto con las demás obras de esta muestra; lo puede hacer en solitario, o en compañía, incluso de la misma artista, que visitará la sala con regularidad.
Lucía Howell (1992) inició su carrera artística hace pocos años, y representa para el MADC, una apuesta al talento joven. Su formación en danza y diseño gráfico, en conjunto con las artes visuales y sonoras, se funden en un espacio de experimentación perceptual, donde sus sentidos pueden agudizarse y unirse a los estímulos que propicia el edificio. Esta es una zona para sentir el performance a partir de la improvisación personal.
Mi cuerpo performático
Rossella Matamoros: trabajo con el performance para crear un puente entre mi realidad y el mundo; así establezco un nuevo espacio donde voy construyendo a través de la mediación con diferentes materiales, significantes sociales, psicológicos y culturales. En esa línea voy hilvanando procesos múltiples que reflejan la realidad de otras personas.
En mis performances desarrollo diferentes situaciones y temas sociológicos y antropológicos; muestro la vulnerabilidad biológica del cuerpo en relación con el trauma o la muerte, para precisamente hacer énfasis en la vida y nuestra casa primaria. Mi cuerpo se convierte en sujeto, objeto, escenografía y concepto escénico. Con él, muestro la capacidad política del performance a través de las técnicas de la improvisación y la inmediatez.
Al organizar el espacio escénico, construyo vínculos con el público haciéndolo participar como personaje escénico, buscando, así, que el performance se convierta en una herramienta de cuestionamiento, de denuncia y de activismo social grupal.
Javier Calvo: primero, preparo la idea. Debo estar bastante seguro de que lo que voy hacer, tenga sentido para mí. Generalmente, creo algunas imágenes para previsualizar la acción; luego inicio un proceso en el que evalúo y calculo necesidades, requerimientos y dificultades, lo que en realidad es una forma de prepararme mentalmente para tener cubierto el panorama y controlar en la medida de lo posible esa acción.
En la mayoría de mis performances no realizo un ensayo previo. No me interesa la representación, sino más bien la presentación, por lo que no realizo un guion, aunque sí establezco una estrategia. La acción pone en cuestión la idea de resistencia y el deseo como artista de permanecer lo más que pueda en la memoria.
Lucía Howell: durante varios años practiqué ballet y danza contemporánea. Gracias a ello, mi cuerpo se convirtió en un intérprete de cosas que quería comunicar e información que recibía del entorno. Me sensibilicé mucho a partir del lenguaje corporal y cómo se traduce la información a través de él.
Como diseñadora gráfica y bailarina -sumando mi interés por el sonido- empecé a interesarme por encontrar las particularidades, diferencias y puntos en común de cada lenguaje. Sobre todo, cómo una puede potenciar la otra o desarmarla, y qué resultados y posibilidades surgen a partir de esa intersección.